La Alpujarra Granadina, al abrigo de las cumbres de Sierra Nevada, es un rincón mágico donde el ciclismo se convierte en un viaje por paisajes de belleza serena y alma milenaria. Aquí, cada pedalada recorre un mosaico de contrastes: desde los fértiles valles cubiertos de terrazas agrícolas hasta los abruptos barrancos que descienden hacia el Mediterráneo, pasando por pintorescos pueblos encalados que parecen colgar de las montañas.
La Alpujarra es tierra de fuentes cristalinas, de caminos serpenteantes que conectan siglos de historia y de una gastronomía que premia al viajero con sabores auténticos, como el jamón de Trevélez o el vino de la Contraviesa. Su red de carreteras tranquilas y senderos montañosos invita a pedalear con calma, mientras el aire fresco perfuma cada tramo y el sol acaricia los paisajes.
Explorar la Alpujarra Granadina es descubrir una tierra auténtica, donde el tiempo fluye despacio y cada kilómetro se convierte en un poema escrito con montañas, cielos y tradición viva.