Palencia

Palencia

La provincia de Palencia, en el corazón de Castilla y León, es un secreto por descubrir, donde cada rincón guarda la esencia de lo auténtico. Aquí, la Tierra de Campos se extiende como un océano dorado de cereal, mientras la Montaña Palentina se alza majestuosa con sus cumbres que acarician el cielo.

Sus caminos invitan a recorrer paisajes llenos de contrastes, desde las villas medievales hasta los rincones más remotos de una naturaleza intacta. Palencia es arte en cada iglesia románica, tradición en sus pueblos, y sabor en una gastronomía que conquista los sentidos.

Esta tierra, bañada por la calma de sus horizontes infinitos, regala al viajero una conexión única con la historia, la belleza y la serenidad que solo Castilla sabe ofrecer.

Tierra de Campos

La comarca natural de la Tierra de Campos palentina, se caracteriza por una acentuada homogeneidad y monotonía paisajística, predominando en ella, las llanuras de suaves pendientes, completamente desarboladas y con una clara y definitoria apariencia esteparia.


A Tierra de Campos le ha dado sus diferentes nombres la historia, pero quien mejor la ha definido y delimitado más claramente, ha sido la geología y la acción antrópica de los hombres que desde tiempos prehistóricos la han poblado y explotado.


Y es que Tierra de Campos es arte, es historia y es naturaleza… el turista se encontrará con un sinfín de Rutas para conocer esta comarca, ya sea recorriendo la ruta de sus castillos, ruta del Renacimiento, ruta de humedales esteparios, el Canal de Castilla o el Camino de Santiago, y por supuesto, esta gran ruta de Gravel.


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El Cerrato Palentino

El Cerrato Palentino, en el corazón de Castilla y León, es una tierra donde el tiempo parece haberse detenido para contemplar la belleza de sus colinas suaves y doradas. Este paisaje ondulado, tapizado de campos de cereal y viñedos, guarda en cada recodo la esencia de la vida rural y la serenidad de lo auténtico.


Entre pueblos de piedra, ermitas solitarias y bodegas que se ocultan bajo la tierra, el Cerrato invita a recorrerlo al ritmo de los pedales, disfrutando de una calma que se respira en cada rincón. Sus caminos, bordeados de álamos y sauces, parecen susurrar historias de antiguas tradiciones y de una naturaleza que abraza al viajero con su inmensidad.


El Cerrato Palentino no es solo una comarca, es un lugar donde el alma encuentra reposo y donde cada kilómetro recorrido se convierte en un tributo a la belleza atemporal de Castilla.


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